VOLANTE DE INERCIA
Los impulsos de las explosiones
transmitidos al cigüeñal no se le
aplican de una manera continua, a pesar de que las carreras motrices de los diferentes cilindros puedan
solaparse, como ocurre
en los motores de más de cuatro
cilindros.
Por esta
razón, en el giro
del cigüeñal hay momentos en que se le aplica un impulso que tiende a acelerarlo y otros en que tiende
a detenerse, resultando
de ello
un giro irregular, que hace
necesario un sistema capaz de
producir una regulación.
El volante
motor o volante de inercia realiza esta función,
constituyéndose en
una rueda pesada, que unida al cigüeñal en uno de sus extremos, se opone a las
variaciones de régimen de
giro por los efectos de inercia debidos a su
peso, almacenando la
energía recibida con cada impulso, que devuelve una vez finalizado
éste.
Las
vibraciones torsionales también pueden transmitirse hacia el resto de la cadena
cinemática (motor, embrague, caja de cambios, transmisión), esto puede
minimizarse con el empleo de volantes de inercia bimásico.
Este
se divide en dos masas, una primaria que se mueve con el cigüeñal, y otra
secundaria, que se mueve con la cadena cinemática.